lunes, 10 de septiembre de 2012

Haikus de Radoslav Ivelich



Radoslav Ivelich  (Santiago de Chile)


Viejo profesor universitario  del Instituto de Estética, profesor de las Escuelas de Pedagogía, Diseño, Arte, Periodismo y del Instituto de Letras, dirigió la revista "Aisthesis", y fue director del Instituto de Estética durante tres períodos.
Se resaltó, además, su trabajo como autor de versos de la forma poética conocida como haiku.
Ahora jubilado,además de dedicarse  al haiku
-"también a mis 12 nietos"-  los dos mayores en la imagen.



El profesos Radoslav Ilevich con dos de sus nietos




Relampaguea - 
el brillo de la nieve 
en la montaña.


Envía el sol
Sólo unos rayos lánguidos.
Día invernal.


 noche límpida- 
estrellas en las ramas 
 del árbol seco.


El arroyuelo - 
rumorea el agua 
sobre las piedras.


Un día de invierno.
Tirita el agua
Debajo del hielo. 


Chisporrotea
el carbón del brasero,
afuera nieve.


Claro de luna-
 pétalos de rosas  blancas 
 sobre el estanque.


La carretera
A la ciudad me envía
Sin flor ni campo. 


Sopla el viento-
 junto a las mariposas 
vuelan los pétalos. 


De toda luz
de esperanza en el hombre
nace un haiku.


Rumor de hojas 
y del arroyuelo-
 duerme mi nieta.


Atardecer- 
lleno el estanque turbio 
de luz dorada.


No quise dormir - 
la luz de luna llena 
sobre los lirios.


Las rosas blancas – 
con su vestido albo 
viene mi nieta.


Jardín marchito - 
ya no hay mariposas 
ni hay abejas.


Palomas blancas 
veloces en el cielo - 
los pies en el barro


Por su hilo 
va bajando la araña... 
mi nieto duerme.


El rosal seco - 
junto a el fluye el agua 
del arroyuelo.


Vuela el pájaro 
y cae la hoja amarilla - 
cielo y tierra.


La tortuga - 
cruza dando saltitos 
el gorrión.


Puerta cerrada - 
los gritos de la loca 
en el hospicio.


Paloma en vuelo - 
de pronto un disparo 
y el cielo azul.


Juegan mis nietos - 
en medio del jardín - 
cantan los pájaros.


Veo mis canas - 
el recuerdo de mi padre 
que ya se ha ido.


Vieja casona - 
ya no cubren sus muros 
las rosas blancas.


El vertedero - 
alguien esta botando
las rosas blancas.


Aún más alta 
que todas las estrellas - 
la voz del pobre.


Juncos en flor - 
su reflejo en el lago 
límpido y sereno.


Olor a pan 
tibio y con mantequilla - 
recuerdo a mi madre.


Luz de la aurora - 
se está volviendo rosa 
el campo seco.


Tarde otoñal – 
las hojas doradas 
y el azul del cielo.


La misma mano - 
para acariciar al nieto 
y escribir el haiku.


Rosa en botón - 
sus pétalos se abren 
en el silencio.


Sol matutino- 
el brillo del verde
en todo el bosque.


Quise cogerla - 
la rosa reflejada 
en el estanque.



Atardecer- 
nubes crepusculares 
sobre los charcos.


El pan caliente 
en casa de mi madre - 
vuelvo a mi infancia. 


-Radoslav Ivelich-



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