lunes, 13 de noviembre de 2017

El “yo” cósmico




El “yo” cósmico



Kumo kasumi
nomitsutsu koen
kiku no yamaji

雲霞呑みつつ越ん菊の山路


Engullendo nubes y brumas,
dispuesta a atravesar el camino
de la montaña de los crisantemos

-Kikusha-Ni-


-(Trad. Vicente Haya)



Lo primero que piensa el que lee este haiku en su versión original es que el que lo escribe se refiere a una tercera persona. En seguida comprende que la poetisa habla de sí misma y que este haiku esconde un “yo” inusualmente fuerte: decidido y firme a conseguir el propósito que nos anuncia koen significa “dispuesto/a a atravesar”.

Normalmente, el haiku japonés tiene –como el hombre que lo fabrica- un enorme sentido de la humildad. La palabra del japonés es precisa, su promesa cuidada, su declaración de intenciones trata más bien de quedarse corta. Digamos que Japón es un mundo ordenado a partir del autocontrol y la modestia. Este poema podría parecer en una primera instancia una excepción a la regla. Se nos presenta como un haiku pretencioso, grandilocuente, donde el haijin anuncia lo que no puede hacerse, con una voluntad de ejecutar acciones de alcance cósmico, como si en lugar de un fotógrafo de detalles inapreciables el haijin –en este caso, una mujer- se hubiera convertido en un chamán exorcizando la existencia de sus enfermedades… “Engullendo nubes y brumas, voy a atravesar…”.

Es un haiku que, insisto, aparentemente, chirría dentro de un orden japonés del mundo; orden fabricado a partir de dictados claros, como el de: “yo, como individuo, no soy nada, no puedo nada, no aspiro a nada”. Pero, sin embargo, una vez que lo consideramos desde otro punto de vista -el del kamikaze, el del atatte kudakerô (“rompámonos contra nuestro objetivo”)- cuadra bien en lo que es el orden de valores del japonés .

Este haiku se nos revela como si fuera respuesta a alguien que se hubiera atrevido a dudar que el viaje por la montaña de los crisantemos podía hacerse. “Puede hacerse –responde la poetisa-, así tenga que tragarme la niebla e incluso las nubes y de ese modo despejar el camino…”.

Respecto al sentido de que la poetisa se haga este firme propósito, más que aspirar a ver de cerca la belleza de los crisantemos (que sin embargo cumplen su función en el paisaje del haiku), nos da la impresión de que esta mujer se halla en alguna clase de shugyô [entrenamiento ascético], de peregrinación espiritual, lo cual tiene sentido tratándose de una monja budista como Kikusha.

El haijin -en este caso como en muchos otros- tiene una naturaleza mística imposible de ocultar, se sabe un ser humano cósmico, una parte más del universo, y sólo en tanto que tal nos hace partícipes de su proyecto desmedido, como si el volcán nos dijese cuándo va a hacer erupción y qué efectos cree que va a tener. Del mismo modo, la actitud de la poetisa de este haiku –“tragándome las nubes y la bruma”- es más propia de un kami viviente que de un ser humano cualquiera.

Todo aquel que haya visitado el País del Sol Naciente sabe que los caminos de montaña - por lo general- no son practicables. El de Japón es un tipo de bosque espeso cuyo ramaje va constituyendo un falso suelo por el que no se puede andar. Pero Kikusha es como un viento divino que quisiera y pudiera y, de hecho, fuera a atravesar los caminos de montañas, al precio que sea, así tenga que ir dejándose a jirones por los ramajes…



Tagami Kikusha ni (1753 - 1826)





(23.05.11 | 12:00. Archivado en A2) Autores de haiku, Poetisas de haiku, Clásico, haiku intimista
kiku yama)


Fuente:
http://blogs.periodistadigital.com/elalmadelhaiku.php?cat=9539
https://www.google.es/search?hl=es&site=imghp&tbm=isch&source=hp&biw=1366&bih=596&q=kikusha+ni&oq=kikusha+ni&gs_l=img.12...1614.41304.0.43362.16.10.3.3.3.0.906.3487.2j2j0j3j1j1j1.10.0....0...1ac.1.41.img..7.9.1178.4tB9JPVgCgg


martes, 10 de octubre de 2017

Kamegaya Chie (1909-1994) カ メ ガ ヤ, チ エ




Kamegaya Chie (izquierda)



Kamegaya Chie (1909-1994, Japón). 

Nació en una familia de samurais de Odagawa. A los  siete años quedó huérfana de padre, junto con sus cinco hermanos, que su madre tuvo que sacar adelante.
A pesar de la pobreza en que se ven sumidos, el espíritu samurai de la familia les hace no perder en ningún momento la dignidad.
Chie consigue estudiar y convertirse en maestra en Tôkyô donde  conoce a su futuro marido.
En 1931 decide emigrar a Canadá el 13 de febrero junto a su ya esposo, ambos encuentran trabajo en un colegio japonés: la Japanese Language School, en New Wensmister.
De carácter pacífico y respetuoso, pronto se adapta  a este nuevo mundo, no obstante el haiku siempre la acompañó.

En 1942 fueron evacuados por la guerra, al campo de Kasloy junto con los demás inmigrantes japoneses canadienses, allí se volcó con los niños y siguió enseñando, en primavera recogían frutas y en invierno muchos descubrieron la nieve.
En Kaslo forma un club de haiku en la comunidad japonesa, donde, comparten y estudian los haikus que escriben sobre el bello paisaje canadiense; también aprende a cocinar con los productos de la tierra según la época de recogida.



 Kaslo Internment camp, June 1944


Cuando terminó la guerra, los esposos siguieron en Canadá donde siguieron con la enseñanza en
New Denver  ejerciendo como profesores de japonés para niños y  trabajando  durante nueve años como jefa de cocina en un  hospital  de  niños con problemas psicológicos.



Japoneses Canadien



En 1972  moriría su marido y allí se quedaría ella hasta su muerte.

En 1980 pone en marcha un proyecto para que la gente no olvide el horror de la guerra creando un espacio para la gente que lo quisiera visitar, donde se muestran utensilios y demás enseres de como fue su vida durante todo el tiempo que estuvieron en los campos de Kaslo.

En 1987 Chie recibía la Medalla del Emperador de Japón por su trabajo  en el bien de la comunidad en Canadá siendo la primera y única mujer  que llegó a presidir la Kyowakai Society of New Denver desde 1983 a 1987 con el lema "Trabajo, paz y sociedad".
El 23 de julio de 1994 se inauguró el   Nikkei Internment Memorial Centre, para que las nuevas generaciones de  gente japonesa conocieran la historia de lo que sucedió. En la actualidad es visitado por multitud de personas anualmente.

En 1988  Chie es condecorada por el emperador japonés por su contribución al desarrollo de la cultura japonesa en un país extranjero.

Kamegaya Chie vivió  sesenta y tres años fuera de Japón, falleció en 1994, 27 días después de la apertura del centro. “Seasons in New Denver” con un pequeño libro donde se recopilan sus haikus y senryus de carácter fuertemente contagiado por una  modernidad  occidental poética.
Su  obra es prácticamente desconocida en su propio país.


***



Pintura de Ikeda Terukata 池田 輝方 (1883-1921)


*


Saya mame no yubi ni tsumetai asa wo tsumu


Las alverjas
en mis dedos fríos
recojo la mañana

-

Cosechando la soja
recogiendo en los dedos
la fría mañana.


*


老ひ我の神経にぶく癌としる

Oi ware no shinkei nibuku gan to shiru

Tan vieja estoy… 
Ni me inmuté al saber 
que tengo cáncer.

(Trad. Viente Haya)


*


Pintura de Ikeda Terukata 池田 輝方 (1883-1921)



Baño de luna.
Una sombra negra,
de pie, embelesada.


*


Karigane no retsu totonoetsu nakiwataru

Cruzan el cielo
cambiando sus puestos...
el canto de los gansos.


*


Pintura de Ikeda Terukata 池田 輝方 (1883-1921)


Kozokotoshi hitori jûkyo wa kawari naku

De un año a otro
No ha habido cambio alguno.
Igual de sola.


*


Tanpopo no hanazakari nari rusu no niwa


los dientes de león
en pleno florecimiento,
Jardín de mi ausencia. 


*


El relámpago
deslumbrante, y luego...
la negrura del cielo.


*


La construcción de un nido
Un pequeño pájaro lleva colgando
Una larga cuerda


*


sugatami ni furu yuki-utsushi kigae keri

en el espejo 
al cambiarme la ropa.
se podía ver la nieve.


*


梅雨晴れや山ひだ這って霧のぼる

Tsuyubare ya yamahida hatte kiri noboru

Acabado el monzón,
por los pliegues del monte
sube reptando la niebla.

(Trad. Vicente Haya) 


*


Yamifusete te no are jitto nagame keri

Enferma en la cama,
me miré despacio 
las manos resecas.


*


Ijirashi ya tone toru ware ni haru wa kuru 

¡Que lástima
Recoge semillas pero…
¿Vivirá en primavera?


*


Ôhirune yûhi kabe ni kokage yure

Una buena siesta.
Con el sol de la tarde, sombras de árboles
moviéndose en la pared.


*


さや豆の指につめたき朝をつむ

Sayamame no yubi ni tsumetaki asa o tsumu

Cosechando la soja
con mis dedos, recogiendo la frialdad
de la mañana.

(Trad. Vicente Haya)


*


Inazuma no hikarishi sora no kurasa kana

El relámpago
deslumbrante, y luego...
la negrura del cielo.


*


Furuyuki ya shiroki se tsurane oyako jika

Uno por uno,
a través del espesor de la nieve llega
la familia de ciervos: espaldas tan blancas. 

-

Está nevando.
Los ciervos y cervatillos se acercan
con el lomo blanco.


*


木枯らしの取り残したるリンゴ三つ

Kogarashi no torinokoshitaru ringo mitsu

El vendaval…
Han quedado sin recoger
tres manzanas.

(Trad. Vicente Haya)



*








Fuentes:
http://blogs.periodistadigital.com/elalmadelhaiku.php?blog=355&cat=9523&page=1&disp=posts&paged=3
https://fernando-sabido-sanchez.blogspot.com.es/2013/06/kamegaya-chie-10102.html
https://haikunversaciones.files.wordpress.com/2014/01/hojas-en-la-acera-nro-13.pdf
http://porlacalledealcala.blogspot.com.es/2015/12/70-haikus-y-senryus-masajo-chie-sachiko.html
https://www.google.es/search?q=Kamegaya+Chie+(1909-1994)&hl=es&biw=1247&bih=670&site=imghp&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwiP3bScmoXOAhUI7hoKHfvfC5EQ_AUICCgB#hl=es&tbm=isch&q=Kamegaya+Chie+&imgrc=_
https://www.google.es/#q=Kamegaya+Chie+(1909-1994)







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El pintor japonés:
Ikeda Terukata 池田 輝方 
(1883-1921)



Una entrevista a Frutos Soriano




«El haiku, casi con preferencia, se ocupa de lo insignificante»







"Para escribir un haiku hay que tener alma de niño"




PREGUNTA. ¿Por qué el haiku? ¿Qué le hizo empezar a mostrar interés por los haikus?

RESPUESTA. Mi amigo Ángel Aguilar es un poeta albaceteño al que siempre he tenido mucho cariño y he considerado mi maestro. Un buen día del año 85, Ángel me regaló un librito de haikus japonés en aquella época solo existía en Japón y me encantó. El haiku es una poesía japonesa muy peculiar, una poesía rara pero muy bonita. Desde entonces me ha gustado mucho.  Es una estrofa que son normalmente tres versos que pueden ser dos y uno.  Tiene una cosa  muy bonita y es que el haiku es solamente  lo que ves, lo que oyes y lo que hueles, es una poesía muy simple, muy contemplativa, es como una poesía de la naturaleza.  Y yo, que soy una persona que siempre estoy dándole vueltas a las cosas, muy mental me cautivo mucho, me hacía que paseara, me fijara en los fenómenos de la naturaleza, y eso me provocaba mucha tranquilidad.
Haikus siempre me han devuelto la calma, me han hecho que pasee, que observe los fenómenos de la naturaleza.

P. ¿Qué hay que saber para escribir un haiku?

R. Es fabuloso porque no hay que saber nada. Para escribir poesía primero tienes que tener la inspiración y que te guste, que te salga de dentro. Pero luego también tienes que aprender a escribir, redactar bien, medir los versos, tener ciertos conocimientos La poesía es un trabajo de cierta complicación. El haiku es más simple, tanto que lo puede escribir un niño. Y de hecho, la Asociación de Gente del Haiku en Albacete (AGHA), en la que yo presido desde hace ya muchos años, tiene muchos talleres en colegios y los niños escriben haikus fabulosos.  Por ejemplo me acuerdo de una chica que era alumna de este centro, Leire.  Recuerdo que escribió un haiku para uno de los periódicos que yo hice con ellos que decía algo así como:
 En el patio del colegio ha nevado
hay bolas para todos.

P. Usted tiene ya una gran experiencia escribiendo haikus, ¿qué pasos hay que dar para escribir un haiku?

R. Hacerse con un libro, o bien de antología de haikus o incluso un libro que enseñe a hacerlos. También se puede pedir un taller para estudiantes de haiku a la AGHA.

P. ¿Qué cree que pueden aportar los haikus a los jóvenes lectores?

R. Primero que como son tan sencillos, es una forma de enfrentarte a la poesía muy directa muy simple. Puede ayudar a los jóvenes a introducirse a la poesía. Es curioso que, cuando vas a un colegio, a todos los niños les gustan los haikus. Sin embargo, en un instituto, hay algunos adolescentes a los que les llama la atención y otros a los que no. Y luego están los adultos, a los que no les llama tanto la atención. En cambio a las personas de la tercera edad les encantan los haikus. Para escribir un haiku hay que tener alma de niño. Si eres muy intelectual, esta poesía no va contigo.

P. ¿En qué lugares se siente más inspirado para escribir?

R. Cuando paseo o hago deporte, especialmente por el campo, llega un momento en el que ese barullo mental que tiene uno se para, la mente recupera energía y ahí llegan los haikus. Por ejemplo, un haiku que escribí cuando paseaba por delante de mi casa una mañana muy fría fue:

Mañana helada,
alguien dejó comida
al pie del árbol.

Si vas muy deprisa este detalle te pasaría inadvertido. Pero si vas tranquilo y relajado le encuentras el sentido. Te imaginas que alguien ha dejado comida a los animales para que puedan sobrellevar mejor el frío, en un gesto compasivo que te emociona. También escribo mucho cuando hago viajes largos. Al conducir, la mente se vacía y se te ocurren cosas

P. ¿Ha viajado alguna vez a Japón?

R. No, esa es una de mis asignaturas pendientes. De la Asociación de Gente del Haiku en Albacete, solo Elías Rovira, vicepresidente, ha viajado a Japón por motivo de una entrega de premios de haiku en la que había quedado primero y que se celebraba allí. A pesar de que el haiku nació en Japón, no es necesario ser japonés ni conocer la cultura japonesa para escribir haiku.

P.¿ Qué autor es su referente?

R. En haiku, muchos, todos los clásicos japoneses. Pongamos por ejemplo Matsuo Basho, el poeta que inició el haiku en Japón en el siglo XVI. En poesía, mi compañero Ángel Aguilar de Albacete, Eloy Sánchez Rosillo, poeta murciano y José Luis Parra, valenciano. En novela, Eloy Cebrián, también escritor albaceteño, ha escrito obras buenísimas como “Bajo la fría luz de octubre”, una novela muy adecuada para jóvenes de vuestra edad, trata sobre la Guerra Civil contada por una niña, lo que hacer muy tierno el relato; y “Madrid 1605”, muy apropiada para este 400 Aniversario de la publicación de la segunda parte de El Quijote, ya que trata sobre este personaje. Yo la recomiendo porque es una novela de ocasión, preciosa y que recuerda un poco a la serie de televisión que se está emitiendo ahora “El Ministerio del Tiempo”.

P. ¿Podría hacer un haiku para ECOS?

R. Si, este me parece muy adecuado para vosotros

A la rotonda
 ha llegado también
 la primavera

R. Y también este otro:

En el ribazo
entre flores amarillas
una amapola.

P. Estamos muy interesados en la escritura periodística, ¿Qué opina del periodismo hoy en día?

R. Primero hay que tener mucha energía y ser personas fuertes. Es muy importante escribir muy bien, tanto el tema de la ortografía como la redacción. Los que escribimos,  pero no somos periodistas tenemos la suerte de que tenemos mucho tiempo, pero el periodista tiene que tener una habilidad especial. Uno de mis periodistas favoritos hoy en día es Iñaki Gabilondo. En la actualidad, es muy importante que, como se habla mucho de política, si eres periodista tienes que ser también buena persona, es decir, no dejarte llevar por los prejuicios y rencores sino como se hace una labor social, ser objetivo.

P. En octubre de 2014 se estrenaba en “Ea Teatro” de Albacete su trabajo: “Bécquer en Wyoming”, en el que combina teatro y poesía.  ¿Nos puede comentar algo sobre su obra?

R. Sí, fue una obra muy gratificante para mí porque la hice con mi hijo Ezequiel. Mis dos hijos, Clara de 24 años y Ezequiel de 19 han estudiado aquí, en el IES Amparo Sanz. A Ezequiel, como a mí, también le gusta escribir y cuando él tenía 18 años comenzó a escribir poesía y empezamos a colaborar. Fruto de esa colaboración, surgió “Bécquer en Wyoming”. Ezequiel y yo fuimos al Monasterio de Higueruela, al pie de Moncayo (Soria), una zona donde Gustavo Adolfo Bécquer había estado. Estuvimos una semana en la Casa del Poeta, una especie de casa rural solo para poetas que puedes alquilar durante el tiempo que necesites para inspirarte y pasear por donde había vivido Bécquer. A la vuelta, Ezequiel tuvo un sueño en el que uno de los responsables del Ea Teatro, José Luis Zafrilla se había convertido en Bécquer y Ezequiel hablaba con él en un banco del colegio José Serna. Este sueño me llamó mucho la atención. La obra va de un chico al que su novia ha dejado, se emborracha y se pone música del Oeste en el ordenador. Entonces, se queda dormido y el sueño le transporta al Oeste Americano, donde conoce a un pistolero llamado Gustavo Adolfo Bécquer, a su mujer cabaretera, y a un borracho, que es el amante de su mujer.
En mayo volverá a haber pases de esta obra en el EA Teatro.

P. Poesía, teatro, haiku, narrativa. ¿Dónde se encuentra la esencia del escritor que lleva dentro?

R. En todas ellas. Quizá el haiku es lo que a mí más me satisface porque cuando escribes haikus te sirve también como un camino de relajación y es muy gratificante. Luego, el teatro, que es en lo que más metido ando ahora, es un poco más sufrido porque me hace sacar los demonios inconscientes que llevo dentro. Siempre hablo de esto con humor, pero cuando uno se hace mayor se va dando cuenta de que, a pesar de que la vida es hermosa, tenemos muchas heridas de la infancia, por ejemplo. Yo considero que el arte es un instrumento para sacar esas heridas que llevamos dentro y sanarlas.

P. ¿Cuál es su libro favorito?

R. En poesía, “Las cosas como fueron” de Eloy Sánchez Rosillo, una recopilación de sus primeros libros. En teatro, “La taberna fantástica” de Alfonso Sastre. Es una obra que transcurre en una taberna de un barrio madrileño, como podía ser El Cerrico o Las Seiscientas. Parece mentira cómo se puede llegar de forma tan auténtica a transmitir ese lenguaje de barrio, esa vida tan dura. Es una obra que me maravilla. En novela, leí “El Quijote” entero a los 18 años y es un libro que me encanto, siempre lo digo. Otro libro que me marcó muchísimo fue “El Señor de los Anillos”, tanto la saga de libros como las películas. Y me gustó tanto que mi último libro publicado con mi hijo Ezequiel, tenemos varias referencias a “El Señor de los Anillos”.

P¿De todos los libros que ha escrito cual nos recomendaría?

R.Yo creo que el libro de haikus y la obra de teatro creo que es lo que más os gustaría, hay poesía hay música porque se aprende mucho de la vida del escritor Bécquer representado en la obra por un pistolero loco.

FRUCTUOSO SORIANO


Frutos Soriano nació en Albacete en 1960. Trabaja como bibliotecario en la universidad de Castilla-La Mancha. Es miembro fundador de las asociaciones Gente del Haiku y La confitería, y es presidente de la Asociación de la Gente del Haiku en Albacete, ya que está siendo uno de los mayores difusores de esta composición poética Japonesa desde la década de los ochenta.

Su primera obra publicada en este género es Diario de un holgazán, donde se encuentran Cuando no hago nada y papel de fumar. Y su última obra en solitario de este mismo género es Vuelve Shane.

Ha participado como coautor junto a Ángel Aguilar en Haikus del parque y con Susana Benet en Un viejo estanque. También ha escrito diversas antologías como Gárgola donde comprende poemas entre el año 1982 y 1992. En el género narrativo se encuentra su obra Historia de un Lum, además ha escrito artículos periodísticos entre los que destaca La siesta del lobo.

He citado estas líneas de su Carta al frío porque me ha impresionado su manera de describir el frío de manera que siendo agradable e incluso esperado para algunos como los que practican esquí, para otros resulta ser una pesadilla como las gentes que se ven atrapadas en sus casas debido a la nieve.
“Sé que no todos piensan lo mismo de ti, frío. Que yo he tenido suerte y, lo que para mí es una caricia dulce que me reconforta, para otros ha sido garra mortal”.(NIEVES GARCÍA CAMBRONERO 4ºB. Datos investigados para el Proyecto Biblionet, 2015)


Esta entrevista que le realizaron dos alumnas del IES Amparo Sanz, de Albacete. La copiamos íntegramente para los lectores de este blog, con un enlace a su fuente original, el IES Amparo Sanz, de Albacete

(Texto copiado íntegramente)

Publicado por ASOCIACIÓN DE LA GENTE DEL HAIKU EN ALBACETE




http://haikusenalbacete.blogspot.com.es/2017/
http://www.latribunadealbacete.es/noticia/Z10C2A131-9DA4-0FB2-41A2E7DD8C4C400D/20160421/frutos/soriano/haiku/casi/preferencia/ocupa/insignificante
https://www.google.es/search?

LIBRO: HAIKU Tsunami-Gotoro, Vicente Haya









"Haiku. Tsunami-Gokoro"
Autor: Vicente Haya
Editorial: Shinden Ediciones 


Haiku tsumami-gokoro es el título de esta antología de ciento cincuenta haikus, en su mayoría inéditos en castellano, inspirado en un haiku de Buson que habla de un «corazón que quiere atrapar» (tsumami-gokoro) a una mariposa.
Haiku tsumami-gokoro hace referencia a ese celo que debe alentar cualquier labor de recopilación poética. Por lo tanto, el criterio de selección de los haikus contenidos en este libro ha sido tan sólo el aware que éstos han despertado en el traductor. Es importante ser conscientes de que sin entender qué es el aware no se puede llegar al secreto último de la sensibilidad japonesa.







Fuentes:
http://haikuenaragon.blogspot.com.es/
https://es-la.facebook.com/sur.libreria/
https://articulo.mercadolibre.com.

AWARE, Vicente Haya





Vicente Haya 
es doctor en Filosofía, 
traductor de poesía japonesa 
y discípulo de Reiji Nagakawa.




AWARE
"Aware es en esencia una expresión de hondo sentimiento en el corazón. Posteriormente, este palabra ha sido usada para referirse solamente a un sentimiento triste, pero ésta es sólo una de las acepciones del término... Aware fue originalmente una exclamación para expresar cualquier sentimiento emocionante. Pertenecía a la misma categoría que ana y aya (ambas exclamaciones).
Aunque la gente frecuentemente concibe aware con el sólo significado de tristeza, esto no es completamente correcto. Más adecuadamente, cualquier emoción profunda, sea feliz, divertida, alegre, triste o nostálgica, puede ser referida como aware." 

-Vicente Haya




Fuentes:
http://haikuenaragon.blogspot.com.es
http://editorialkairos.com/autores/haya-vicente



















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"Niño solitario"
Pintura de Katsushika Hokusai 葛飾 北斎

(1760-1849)





Katsushika Hokusai (葛飾 北斎?), conocido simplemente como Hokusai (北斎?) (Edo, actual Tokio, 31 de octubre de 1760 - 10 de mayo de 1849) fue un pintor y grabador japonés, adscrito a la escuela Ukiyo-e del periodo Edo. Es uno de los principales artistas de esta escuela conocida como «pinturas del mundo flotante». 1​ También es conocido por la diversidad de nombres que utilizó a lo largo de su carrera profesional, Shunro, Sori, Kako, Taito, Gakyonjin, Iitsu y Manji.


Autorretrato
Katsushika Hokusai 葛飾 北斎 
(1760-1849) 

Fue autor de una obra inmensa y variada. Por ejemplo, en el Hokusai Manga (北斎まんが, Hokusai Manga) (1814-1849),n. 1​muestra la vida diaria de su población, con una gran exactitud y sentido del humor.3​Realizó grabados de paisajes, las Treinta y seis vistas del monte Fuji (富嶽三十六景, Fugaku Sanjūroku-kei)(ca. 1830-1833)4​ y las Cien vistas del monte Fuji (1834),3​que reflejan en parte una fijación personal con el Monte Fuji. Fueron obras de esta serie, La gran ola de Kanagawa (神奈川沖浪裏, Kanagawa Oki Nami Ura) y Fuji en días claros (凱風快晴, gai kaze kaisei), las que aseguraron la fama de Hokusai, tanto dentro del Japón como en el extranjero.

A mediados del siglo XIX sus grabados, así como los de otros artistas japoneses, llegaron a París. Allí eran coleccionados, especialmente por parte de artistas impresionistas de la talla de Vincent Van Gogh, Claude Monet, Edgar Degas y Henri de Toulouse-Lautrec, cuya obra denota una profunda influencia de los grabados mencionados. El historiador Richard Douglas Lane ha dicho de él y su obra:

En efecto, si hay un trabajo que hizo el nombre de Hokusai famoso, tanto en Japón como en el extranjero, debe ser esta serie de impresiones monumental ...

Lane, Richard (1978).

https://es.wikipedia.org/wiki/Katsushika_Hokusai






jueves, 21 de septiembre de 2017

Notario de la naturaleza, Vicente Haya



Notario de la naturaleza


 “La condición de notario de la Naturaleza que adquiere el poeta de haiku es fundamental. 
El haiku debe ocurrir ante el poeta. 
No puede ser imaginado ni elaborado en abstracto; el haiku no es elucubración, no es arquitectura de la mente humana. 
Sólo pretende plasmar la existencia tal como es para transmitir así su misterio sin tener que explicarlo.” 

-Vicente Haya

Extraído del prólogo del libro . 150 haikus inmortales de Vicente Haya




Fuente:
http://haikuenaragon.blogspot.com.es

Haikus de Tan Taigi 炭太祇 1709 -1771



Tan Taigi se hizo famoso a través de Masaoka Shiki, que valoró sus haiku.
 Poeta de haiku de la mitad del período Edo. A la edad de 40 él hizo un sacerdote en el templo Daitoku-Ji 大 徳 寺 真珠 庵 en Kyoto. Más tarde, se alojó en una ermita llamada Fuya-An 不 夜 庵 (Hermitage sin noche) emigró a  Shimabara 島 原 遊 en 1748 y vivió como  amigo de Yosa Buson.
Le gustaba socializar y beber sake y solía decir:

"Cuando rezo a Buda escribo haiku.
Al orar a los dioses sintoístas escribo haiku."

Debido a su consumo intenso de alcohol sufrió una hemorragia cerebral y murió en el año Meiwa 8. Fue enterrado  en el templo de Korin-ji en Kyoto.





Inu o utsu
ishi no satenashi
fuyu no tsuki

犬を打つ石のさてなし冬の月

Ni una mala piedra
que tirarle al perro...
Luna de invierno.

-(Trad. Vicente Haya)


***


El haiku no estará obligado a representar ninguna clase de valores morales. A veces los orientalistas o los predicadores de las religiones que proceden de Oriente han querido atenazar el haiku dentro de las rígidas reglas de una estética que respondiera al orden de sus propios valores. Pero el haiku es una expresión libre. Nada lo obliga más que su propia ley interna; como le ocurre al fuego o al agua. 

En este caso, el poeta, que no es un ente de razón sino un ser humano real, está buscando una piedra que tirarle a un perro que le molesta. Si nos liberamos del punto de vista religioso, nos daremos cuenta de que no es necesariamente un acto de desarmonía pretender hacer callar a un perro que nos incordia en plena noche tirándole una piedra. Sobre todo, con la alta probabilidad que hay de no atinar y hacerle daño, sino simplemente asustarle para que se calle. El poeta para ser parte del Todo tiene que comportarse con naturalidad dentro de él. Cierto autodominio emanado de las normas de la educación social, o de la conciencia de los propios actos que predican las religiones, es legítimo; pero nadie le pide al poeta de haiku la condición de santo. El poeta de haiku no podría sospechar en la vida que serlo le exigiera como coherencia el sacrificio de sí mismo en aras de una idea pseudo-oriental de armonía cósmica. El sí mismo deberá desaparecer a fuerza de placer, a base de dejar entrar el mundo en uno, no dinamitándose en la realidad a la que se pertenece. Hay haikus en los que el poeta desearía talar un árbol para poder ver las lejanas montañas, o se queja de lo ruidosas que son unas cigarras hasta el punto de escribirles un haiku-amenaza, o matando moscas le vienen unas terribles ganas de exterminarlas todas de la faz de la tierra... No estamos ante una sensibilidad blanda que se presente siempre coherente, una propuesta moral concebida en el laboratorio de las ideas, sino de seres humanos que pertenecen plenamente al mundo de lo material, hombres y mujeres que -como norma general- se mueven con delicadeza y respeto por el mundo, como si se lo hubieran permitido usar sin que fuesen a poder considerarlo suyo, pero en el que tampoco están como seres extraños, con “complejo de inferioridad”. Cuando tienen que intervenir, actúan con la misma licencia con que lo hace el resto de la Naturaleza.

En este haiku de Taigi, sin embargo, la luna actúa de freno al nerviosismo irreflexivo del poeta. Partiendo de lo prosaico, de lo extremadamente humano -demasiado humano- de salir a buscar una piedra para ahuyentar a un perro que no le deja conciliar el sueño, el haiku nos lleva a una preciosa luna de invierno, que pasma al poeta y le detiene, y le interroga sin reproches. Va buscando una piedra y encuentra una luna. Y una cosa es tan natural como la otra, sin heroísmos ni falsos méritos.

http://blogs.periodistadigital.com


*

Yo las barría,
y al fin no las barrí:
las hojas secas.


-Trad. Antonio Cabezas

*

Primer amor.
Se arriman al farol
cara con cara.


-Trad Antonio Cabezas

*

Noche de otoño.
Me pregunto y respondo,
débil de alma.


-Trad. Antonio Cabezas

*

Tobu hotaru
are to iwan mo
hitori kana

Luciérnaga en vuelo;
¡mira iba a decir, pero
estoy solo!

-Trad. Fernando Rodriguez Izquierdo


*


"Dique de bambú cerca del puente Kyōbashi"
Pint. de Utagawa Hiroshige  歌川 広重 
(1797-1858) 


Hashimori to katarite
tsuki no
nagori kana

橋守と語りて月の名殘かな


Estaba charlando
con el guarda del puente…
¡La despedida de la luna!


un haiku con muchas traducciones posibles y distintas. La dificultad reside en los siguientes puntos:
1) Por una parte, no sabemos quién es el sujeto de kataru (charlar). Lo más sensato es que sea el poeta el que habla con el guarda del puente. Aunque, gramaticalmente, podría ser la luna la que conversa con el poeta. Esta segunda interpretación, a nuestro juicio, personificaría innecesariamente a la luna; sería una interpretación extraña y excepcional en la poética del haiku:

La luna y el guarda del puente
Conversación en la noche
Y, por fin, el adiós

Vamos a dejar de lado esta posibilidad, y a quedarnos con el sujeto más convencional: el poeta.
2) Por otra parte, está el nagori. Nagori podría ser el “adiós” del poeta que ha estado hablando toda la noche con el guarda. En ese caso, la cesura métrica debería ser un 9-3-5 sin concesiones: Hashimori to katarite / tsuki no / nagori kana, y una traducción libre del mismo sería:

Charlando con el guarda del puente
una noche con luna
hasta que nos despedimos

Evidentemente, el haiku en este caso perdería una gran parte de su potencial poético. Es más probable que nagori afectase a la luna (tsuki no nagori). Si fuese así, la cesura métrica que con más probabilidad le habría dado el poeta sería la misma (9-3-5), aunque legítimamente pudiera forzarse el haiku en dos versos de 9-8 Hashimori to katarite / tsuki no nagori kana. En cambio, la traducción sí sería muy diferente, y tendría tres variantes:

A) tsuki no nagori, “el adiós a la luna”, puede ser interpretado como la última luna llena del ciclo anual (la última luna de otoño)
B) tsuki no nagori, asimismo puede referirse a la luna a punto de desaparecer al alba
C) Por último, los diccionarios japoneses “de las palabras antiguas” nos hablan incluso de una tercera acepción para ese tsuki no nagori: esa luna que hace dos días fue llena y ahora comienza a dejar de serlo, tomando una forma abombada.
Por tanto, tres nuevas posibilidades. Siempre en traducción libre, para que se entienda mejor la diferencia entre ellas:

Charlando con el guarda del puente,
me despido de la luna llena
hasta el año que viene


De conversación con el guarda del puente
La luna acaba ocultándose
para dar paso al alba


Hablando con el guarda del puente
¡Lo que queda de lo que fue
una luna llena!

Respecto a la clasificación de este haiku, es tan enigmática como su traducción. ¿Querría contarnos el poeta que estuvo toda la noche hablando con el guarda del puente y que acabó viendo cómo la luna “se despedía” de él? ¿Querría tal vez decirnos que la conversación le había impedido contemplar la luna más hermosa del año? ¿O que estuvo toda la noche en compañía de la luna y de su amigo sin que la charla fuera un obstáculo a la contemplación? ¿Se trataba de la última luna llena del otoño, o una luna que va perdiéndose en el horizonte al terminar la noche, o una luna deformada después de haber sido luna llena hace tres días? Casi todo, por tanto, son dudas. Tenemos, no obstante, algunas sospechas de lo que pudo –y no pudo- haber ocurrido. No creemos, por ejemplo, que fuera el guarda el que estuviera a solas con la luna, porque entonces estaríamos forzando a esa luna a hablar (kataru) con el guarda. Tampoco parece que el nagori sea una despedida de los que han estado hablando, sino algo relativo a la luna.

Nos inclinamos a pensar que este haiku resalta la angustia del poeta por el nagori de la luna y que dicho sentimiento se enmarca en un tipo de sensibilidad antigua, de calendario cíclico, donde cada día muere la luna al alba y cada año muere la luna llena tras el 13 de kugatsu (el noveno mes del calendario lunar). Las lunas llenas que habrá hasta el próximo 13 de kugatsu serán pálidas sombras de esta luna. El motivo poético con más pathos de este haiku es la muerte de la luna. Pero no creo que Taigi lo concibiera con tanta fuerza, porque Taigi no es Bashô ni Santôka, sino un maestro especializado en el haiku de jinji [asuntos humanos].

Aprendemos ahora a saborear lo inconcreto, la belleza de lo indefinido, cinco haikus en lugar de uno, la destrucción de la lógica que dicta que una cosa no puede ser su contraria. Traducir haikus es un ejercicio de humildad. Los traductores sólo conocemos con certeza las posibilidades de lo que queda recogido en el haiku. Es decir, la imposibilidad de la certeza.

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La viajera
extrema su elegancia
hasta lo odioso.

-Trad. Antonio Cabezas

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Nagaki hi ya
me no tsukaretaru
umi no ue

長き日や目のつかれたる海の上


Durante todo un largo día:
Mis ojos están agotados
de estar posados sobre el mar

-Trad. Vicente Haya.

Cuando nos quejamos de haber mirado demasiado tiempo la inmensidad del mar. Según nuestro modo de entender, no es un  haiku de verdadera contemplación. Ha dado una vuelta de rosca de más al proverbial amor por la Naturaleza de los japoneses, y nos encontramos de hecho con un poema en los que a fin de cuentas la Naturaleza llega a doler o a cansar al que está ante ella fingiendo que está dentro de ella.
El verdadero místico-poeta no es un adorador de puestas de sol, como tampoco de la luna llena, ni del mar, ni de los cerezos… Cada cosa en concreto es poco para su corazón infinito. Porque el verdadero haijin lo adora todo. Es la red invisible tejida por los seres con su mera existencia, y no los seres en sí, lo que le fascina.
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sore-zore no   hoshi arawaruru   samusa kana

  Grandes y chicas
aparecen estrellas
dentro del frío

-Trad. Antonio Cabezas

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aki no yo ya   himôn ito no   ki no yowai

Noche de otoño
me pregunto y me respondo
débil de alma

-Trad. Antonio Cabezas

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飲 き り し し の の の の の の 散 散 散

Nomikiri shi tabi no hi kazu ya koojusan

Muchos días en la carretera
con nada dejado nunca más -
Mi medicina de verano


-Trad. Gabi Greve


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uguiusu no   koe sede ki keri   koke no ue

sobre el musgo
sin que se oiga,
la voz del ruiseñor que vino

-Trad. Vicente Haya


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furakoko no
eshaku koboruru ya
takami yori

Desde lo alto,
mientras se columpia,
manda saludos.

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Shakuyaku no
zui no wakitatsu
hinata kana

芍薬の蘂の湧きたつ日向哉

¡Los pistilos de las peonias
levantados, excitados
a la luz del sol!

-Trad. Vicente Haya.

Audaz relación ontológica detectada por el haijin es la que conforma "sol-sexualidad". 
La sexualidad como efervescencia de vida, como ansia de perpetuación en la vida.

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Kawa sumu ya
ochiba no ue no
mizu go-sun

川澄むや落葉の上の水五寸

El río se trasparenta.
Sobre un fondo de hojas,
una cuarta de agua

-Trad. Vicente Haya.


El haiku es la fidelidad que debemos a la vida. Es lo que capta la realidad con palabras. No es literatura; no es pensamiento. Es la palabra del ser humano cuando éste es una criatura más de la existencia, una criatura como otra cualquiera con su particular forma de expresión, igual que la rana croa, el caballo relincha o el lobo aúlla. El ser humano hace haiku. Y para captar la realidad es imprescindible la exactitud.

El fondo íntimo de este haiku –parece evidente- son las hojas caídas, hojas que pueden verse con toda nitidez en el lecho del río en disposición cuidadosamente desordenada. Para el poeta, en esta ocasión, el agua no es vista como factor del deterioro de las cosas, sino al contrario: esas hojas caídas, en el seno del agua, están en ella como preservadas; todavía más, resaltadas en sus colores y en sus siluetas. Aunque para eso tengan que soportar sobre ellas el peso de “unos quince centímetros de agua ” mizu go-sun, en castellano coloquial, “una cuarta de agua”.

El entendimiento occidental del haiku a veces excluye por incomprensibles algunos excelentes, o bien trata de disfrazar “literariamente” los versos más comprometidos. Un texto en el que se hable de los centímetros de algo para nosotros está más cerca de lo científico que de lo literario (pensando -como hacemos- que el haiku es literatura). Sin embargo, para el japonés entra dentro del prurito de exactitud en reflejar aquello que a uno le ha impresionado. No es en absoluto lo mismo si sobre ese fondo de hojas hay diez, dos metros de agua o una cuarta; la escena cambia, la impresión cambia. Y no hay forma de describirla si no se nos permite determinar los componentes esenciales de lo que nos ha impresionado.

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それぞれの星あらはるゝ寒さかな


Una a una van apareciendo
las estrellas...
¡Qué frío!

-Trad. Vicente Haya.

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Shizumareba
nagaruru ashi ya
mizusumashi

しづまれば流るゝ脚や水馬


Cuando el río se amansa
las patas de las arañas de agua
fluyen por su superficie

-Trad. Vicente Haya.


El orden no impide, más bien al contrario está compuesto por, la alternancia de los opuestos. Textualmente, este haiku dice: “Cuando se tranquiliza / fluir - patas: / mizusumashi”. Se hace necesaria, pues, proyectar sobre él una imaginación capaz de cubrir los excesivos silencios del poema original. El sentido que nos parece más probable es el apuntado en nuestra traducción, pero gramaticalmente habría alguna otra posibilidad legítima de traducción.

¿En qué consiste la dificultad de este haiku? En que se compone de cuatro palabras. Cuatro palabras para describir una escena del mundo natural en la que podemos ver a unos pequeños insectos con aspecto de araña (en realidad son coleópteros) que se deslizan por encima de la superficie en calma del agua. Insectos que fluyen sobre un agua quieta. Estos son los dos polos internos de este haiku. Por una parte la tranquilidad del agua, necesaria para que se puedan ver estos insectos y para que ellos se comporten según su naturaleza, y de otra parte el fluir, en este caso no de agua sino “de insecto”. Shizumaru (“estar en calma”) y nagaruru (“fluir”) son los dos trozos de sílex que al frotarlo hacen saltar la chispa en este haiku.

Hay un “guiño” que hace el autor al lector más curioso en el nombre del insecto. Mizusumashi significa –literalmente- “imita al agua”. Por qué los japoneses cuando quisieron nombrar a este insecto recurrieron al verbo sumasu nos ha dado mucho que pensar: en qué podía este insecto “imitar” al agua. Desde luego, no porque se identifique en su transparencia con el agua como la medusa o algunos pececillos (los shirauo). Creo que la respuesta está en el mismo haiku: en la capacidad de este insecto de “fluir”. Normalmente, el verbo nagareru (arcaico nagaruru) sólo se emplea para el discurrir del agua o las nubes, exactamente como en castellano el verbo “fluir”. Pero en este caso, puede decirse –el poeta lo hace- que estos insectos son «el fluir que tiene el agua... cuando el agua no fluye».

¿Hay algo más? Quizá sí. Siempre lo hay (Aunque no siempre sabemos si estamos acertando con eso más que decimos encontrar en el poema). Podríamos añadir, y tal vez no fuera sacar las cosas de quicio (todavía más conociendo al autor) que este haiku es para el poeta una escena “divertida” de la naturaleza: unos insectos gozando de su ir y venir, como patinando por encima de la superficie del agua. La quietud del agua, tan cara a los hombres del zen, no ha sido respetada por aquellas criaturas que pertenecen a la propia Naturaleza; ésos que no son sus contempladores vocacionales ni tampoco van de visita ocasional, aquellos que –simplemente- son naturaleza. Y hacen con ella lo que les place; y si quieren, hasta rompen su “belleza”. Unos cuantos insectos aprovechan que el agua está como un espejo para hacer su deporte preferido: deslizarse sobre ella.

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欺いて行きぬけ寺やおぼろ月

Azamuite
yukinuke-dera ya
oboro-zuki

Contando una mentira,
atajo por medio del templo…
La luna con un halo de niebla


-Trad. Vicente Haya.


Sin naturalidad no hay haiku. Sin que la vida brote en nosotros y desarticule nuestro mundo de palabras usadas, volvemos a encerrar nuestra palabra en la cárcel de los convencionalismos estéticos.
El haiku nace en el siglo XVII como una renovación radical del lenguaje poético. En él se pueden incluir expresiones de la vida cotidiana, palabras vulgares, refranes…, y -desde luego- cualquier clase de declaración directa sobre cómo ocurrieron las cosas que tratamos de reflejar:
El poeta se presenta a sí mismo cruzando un templo a costa de una argucia, abriéndose paso por entre la inocencia, engañando al guarda del templo. Un templo del que sólo sabemos que es budista (o-tera) y que interfiere el camino en línea recta de Taigi (yukinuke-dera). Vemos al poeta caminando por él, después de “mentir”, “canturreando”, “silbando” en la noche –azamuku significa todo eso- y va a ser justamente en ese lugar, en ese tiempo, donde le sobrevendrá la cercanía con la existencia que producirá el haiku. El propio poeta no imagina a dónde va a llevarle este atajo que ha tomado. Estamos donde está él y con su misma ignorancia. Taigi nos lleva al lugar y lo recorremos de su mano. También nosotros nos hemos visto obligados a decir una mentira –o al menos a ser cómplices mudos de la falsedad- para entrar.

Para comprender el haiku, para paladear ese encuentro furtivo con la luna en mitad de un templo, debemos ceñirnos a la mentira como clave de paso. El éxito de Taigi es no haber eliminado su malicia de la experiencia de belleza que luego tuvo. No bastaba con decir: “Atajando por en medio del templo, una luna en neblina”, y añadirle cualquier otro ingrediente de la belleza del momento… (¡Quién sabe cuántos otros elementos había allí mismo para haberlos incluido en el haiku sin causar la menor estridencia en el lector..!). El poeta cree necesario, y ahí está el punto de genialidad, añadir a la escena la estratagema que le llevó a ese instante de inmitidad con la luna. No para confesarse ni para culpabilizarse; simplemente, para hacer que la escena esté completa tal como fue en la realidad. Luna, niebla, atajo, un guarda de templo inocente, el cansancio o la necesidad de no dar un rodeo,… y una argucia. Esos son los elementos de la escena, y por eso mismo también del haiku. La picardía de un poeta y la credulidad del que guarda la puerta del templo dan lugar a la contemplación de la luna. Lo que no sabe Taigi es que esa inocencia del guarda del templo -que le permite atajar por él- es parte de una estrategia. El mundo utiliza nuestras mentiras para verse a solas con nosotros en momentos privilegiados.

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初恋や
灯籠によする
顔と顔

 hatsukoi / Toro como yosuru / Kao Kao

primer amor 
cerca de la linterna 
cara a cara

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mireba kesa 
kochira muketaru 
Kakashi kana

Esta mañana, justo en el momento que  miro,
Se vuelve hacia mí
el espantapájaros


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Caligrafía de Taigi


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飲 き り し し の の の の の の 散 散 散

Nomikiri shi tabi no hi kazu ya koojusan

Muchos días en la carretera
Con nada dejado más -
Mi medicina de verano

-Trad. Gabi Greve

*

chiri wa mina  sakura narikeri  tera no kure

Hoy la basura
son flores del cerezo.
Tarde en el templo

-Trad. Antonio Cabezas

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kan ya Getsu 
waga Iku Hitori 
Hashi ningún oto

Luna fría,
camino solo
por el ruidoso puente 
-
la luna es fría.
El puente resuena
cuando lo cruzo en solitario

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Yama ya Giri 
Miya o Sugo Nasu 
Hora ningún oto

bruma de montaña - 
el guardian del santuario
hace sonar la caracola

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mushi boshi ya 
nikimi wo samasu 
matsu no Kaze

sopla el viento,
el frío desenvaina
la corteza de los pinos

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Amaki ka wa 
nan no mo Hana zo 
Natsu Kodachi

Dulce fragancia,
pero  ¿de qué  flor es?
un bosquecillo de lilas en verano
_
Olor a incienso
o ¿quizás es de flores?
bosque de lilas en verano

*

Neru ni Yane 
nushinashi neko ya 
Haru no ame

durmiendo en el tejado.
Ningún gato errante
bajo la lluvia de primavera

*





En memoria a  Tan Taigi 炭太祇 . 

さ が 祗 忌 し し り り り

Sagaribana saite Taigi-ki shuushikeri

Una flor tropical
Con flores colgantes -
Memorial del día de Taigi


-Trad. Gabi Greve

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寒食 ぐ ぐ る 虫 虫 虫 虫

Kanshoku ya kamado o meguru aburamushi

Comida fresca -
Cucarachas buscando
alrededor del hogar

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Festival del Santuario de Fujimori 藤森 祭



下手乗せて馬もあそぶや藤の森 

gete nosete uma mo asobu ya Fuji no mori


Con un jinete no calificado
Incluso el caballo puede divertirse -
Festival de Fujimori



***

"El viento del Este " - 
dijo el maestro y el discípulo, 
y siguieron caminando. 

*

Nieve en los bambúes. 
En el pueblo mínima esperanza 
de esta primavera. 

*

temblando entre  llamas: 
los estambres de peonía 
 bajo el sol 


-Trad. Alexander Greguss


* **

Yamaji cometa muko jooka ya no Kazu Tako

sobre el paso en la parte inferior
una ciudad fortificada,
y bandadas de cometas



Jardín del templo Daitokuji – Kioto



月 と 日 な な る る 夏 書 か な

 Luna y Sol
se convierten en las manos del hombre -
Copiando sutras en verano.

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口 坊 坊 坊 坊 坊 坊 坊

 Para la apertura de la jarra de té
hay visitantes durante la noche -
Refugio de montaña.

***


草 た た た る 夏 祓

Kusa no a ti tatami kaetaru natsu harae

Puerta de caña
el tatami cambiado para 
la purificación de verano

-Trad. Gabi Greve

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松明 行 乞 行 よ る る の 嶺

Taimatsu ni amagoi-gyoo ya yoru no mina

Rituales de lluvia
a la luz de las antorchas -
Los picos de montaña en la noche

-Trad. Gabi Greve

*

御 僧 の 手 拭 拭 拭 拭 拭

Gosoo no sono tekagita ya ominugui

El olor de las manos
de los honorables sacerdotes -
Limpiar la estatua de Amida

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太祇馬提灯図
早稲田大学會津八一記念博物館
富岡コレクション

"Taigi y Buson en medio de una tormenta"
Pintura de Yosa Buson 与謝蕪村
1716-1784

El vínculo de Buson con el poeta Tan Taigi (d. 1771), que le enseñó espontaneidad en los versos, 
es evidente en el haiga, Taigi y Buson en una tormenta, (1777).
Un esbozo para celebrar su camaradería en el séptimo aniversario del fallecimiento deTaigi.
Este último se aferra asu paraguas volado de adentro hacia afuera, con un zueco que se le cae, 
mientras que Buson agarra el suyo  medio cerrado, ambos resistiendo a los elementos.



Fuentes:
http://blogs.periodistadigital.com
http://akikazeakizuki.blogspot.com.es/2017/04
http://www.chichinpuipui.fr/archives/
http://haiku.foroblog.net
http://nekojita.free.fr
https://wkdhaikutopics.blogspot.com.es/2009/08/tan-taigi.html
https://terebess.hu/haiku/koltok/taigi.html
http://albertocane.blogspot.com.es/2007/06/tan-taigi.html